Come más frutas y verduras, al menos cinco porciones cada día.
Nunca dejes de comer por más de 4 horas.
Dividir la alimentación, ingerir las tres comidas principales (desayuno, almuerzo, merienda) y dos más pequeñas a media mañana y media tarde.
Disminuye el consumo de azúcar, dulces, bebidas azucaradas y productos de repostería.
Limita el consumo de sal y de los alimentos con alto contenido de la misma.
Toma 2 litros de agua al día.
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